estudiar en "modo lento"

Otra manera de estudiar cualquier movimiento (más allá de que nos presente o no problemas, también estudiamos porque queremos) es realizarlo muy lentamente. Es importante que no deje de tener sentido para nosotros, si la disminución en la velocidad nos cuesta o desarma todo, podemos graduar lentamente esta disminución: empezamos haciéndolo a velocidad normal, un poco más lento, otro poco más lento, más lento, lento, muy lento. Y después podemos hacerlo a la velocidad normal (inicial).

El movimiento lento debe ser armónico, continuo (como si fuese en "cámara lenta") sin exabruptos. Es muy pobable que si había alguna vacilación, algún momento problemático en el movimiento, éste se haga patente en el "modo lento". Si logramos resolver el problema en el modo lento, veremos que nuestro movimiento es más cómodo, limpio y placentero al volver a la velocidad normal.

Hacer este mismo trabajo de disminución de la velocidad en pareja es realmente interesante. No se trata de sincronizar sino de hacer [sentir y hacer] una sola entidad. Si intentan sincronizar, les va a ser muy difícil, se van a reír ante la dificultad o se van a sentir frustrados (o las dos, ¿quién sabe?). Dejen influirse mutuamente. Si bailamos tango al menos, algo de esto es lo que genera problemas cuando vemos que no nos entendimos. O sea, algo de no comunicarse y de no actuar a partir de la relación con el otro.

El movimiento en "modo lento" no sólo nos da tiempo y nos muestra de otra manera cómo solemos actuar (todo trabajo profundo es también un trabajo de autoconocimiento), además nos lleva a otro lugar (donde el tiempo es distinto, puesto que el cambio de velocidad nos redefine la sensación del tiempo, y la idea del tiempo a veces nos tensa o preocupa) otro lugar donde la comunicación pueda mejorar sensiblemente (este último término en sus dos sentidos: como mejora importante y como mejora en la sensibilidad).